martes, 5 de abril de 2011

Mesoamerica

ARTE Y DEPORTE: CULTURAS PREHISPÁNICAS DE MESOAMÉRICA


Hace alrededor de 20.000 años antes de Cristo, Mesoamérica (sur de México, Guatemala, Honduras y El Salvador) fue cuna de avanzadas civilizaciones, pero sus siglos dorados comenzaron mil años antes de Cristo y permanecieron hasta la conquista española. Durante esos siglos florecientes, cinco fueron las civilizaciones más importantes:
La cultura olmeca, en la zona del golfo, entre los años 1500 y 100 antes de Cristo.
La cultura teotihuacana, en el altiplano central mejicano, desde mediados del primer milenio antes de Cristo hasta el siglo VII después de Cristo.
Las culturas zapoteca y mixteca, en el área de Oaxaca, desde el año 800 antes de Cristo hasta la llegada de los españoles.
La cultura maya, al sudeste de México y parte de Centroamérica, desde mediados del segundo milenio antes de Cristo hasta la llegada de los españoles.
La cultura azteca, cuyo centro era México-Tenochtitlán, antigua ciudad de México, fundada en el año 1325 después de Cristo y conquistada por los españoles en 1521.
EVOLUCIÓN CONVERGENTEEn las culturas mesoamericanas, encontramos testimonios artísticos que ponen en evidencia una serie de actividades físicas relacionadas con el deporte. Actividades en las que se aprecia el culto al cuerpo y a la habilidad física. El arte las transmite a través de sus imágenes, confirmando una vez más su papel como documento histórico. Arquitectura, escultura y pintura muestran un repertorio visual que, en algunos aspectos, nos recuerda al mundo clásico.
Toda una compleja mitología llena los espacios vitales de la América prehispánica. Dioses relacionados con fuerzas de la naturaleza, a los que se les ofrecen sacrificios. Las similitudes que se aprecian con respecto a las culturas mediterráneas, en las soluciones plásticas, se han interpretado como resultado de la “evolución convergente” del ser humano ante circunstancias semejantes. Estas semejanzas del arte precolombino con culturas tan distantes en el tiempo y en el espacio, desconciertan al historiador y al antropólogo: estas obras surgieron en sociedades que no tenían ningún contacto con el Mundo Antiguo. En vísperas de la conquista española, los pueblos de América Central no estaban influenciados ni por las civilizaciones occidentales ni por las de Extremo Oriente. Entre los habitantes de Europa y Asia, por un lado, y las sociedades amerindias, por el otro, las relaciones ya se habían cortado antes del neolítico.

ACTIVIDADES DEPORTIVAS EN MESOAMÉRICA
Además de sus funciones religiosas, los deportes se practicaban para preparar físicamente a la juventud. Con el constante entrenamiento y los fuertes ejercicios físicos se le dotaba de las condiciones necesarias para tener mayor éxito en la guerra.Los diferentes juegos se practicaron como tributo y deleite de los dioses; pero al mismo tiempo eran verdaderos espectáculos para el pueblo, que presenciaba los encuentros con gran pasión y muy frecuentemente hacía apuestas en favor de sus jugadores favoritos. Existía el espíritu de competencia y se seleccionaba a los mejores para justas individuales o colectivas. En el mundo náhuatl se organizaban competencias deportivas entre jugadores representantes de diferentes ciudades o pueblos. En las distintas actividades existió cierta idea de profesionalismo.
Con la llegada de los conquistadores españoles se perdió información valiosa sobre las costumbres y prácticas de estos juegos que, por estar íntimamente ligados a las actividades religiosas, se trataron de erradicar, a pesar de ser un aspecto muy importante de la vida náhuatl. Entre las actividades deportivas de Mesoamérica podemos encontrar vestigios de prácticas de danza, acrobacia, juego del volador, carreras de bola y aro, lucha y juego de pelota. las regatas o carreras de velocidad y competencias de destreza en la conducción de los "acallin" o canoas; el tiro con flecha o cerbatana sobre blancos fijos y móviles; la cacería en diferentes modalidades; carreras de fondo, velocidad y relevos; así como juegos de pelota con bastones y sobre pasto, mismos que algunos historiadores han comparado con el actual hockey. Es posible que la natación haya sido competitiva, así como la práctica de la pesca con arpón con fines recreativos y para la obtención de alimentos.
ORIGEN DE ESTAS ACTIVIDADES DEPORTIVASEl origen de muchas de estas actividades parte de la necesidad, de la lucha por la supervivencia: búsqueda de alimentos y preparación para la guerra. Ante todas las cuestiones que se plantean estos pueblos, surge toda una mitología religiosa en la que las fuerzas de la naturaleza se divinizan, dada la dependencia que estos grupos humanos tienen de ellas para sobrevivir. Surgen una serie de rituales en los que la actividad deportiva adquiere protagonismo y cuyo objetivo es conseguir la benevolencia y protección de los dioses. La astrología tiene una enorme importancia para controlar los ciclos agrícolas, base de su economía. Según el pensamiento maya, los ritos eran imprescindibles para garantizar el funcionamiento del universo, el devenir del tiempo, el paso de las estaciones, el crecimiento del maíz, y la vida de los seres humanos. Los sacrificios eran necesarios para asegurar la existencia de los dioses. El paralelismo con las primeras civilizaciones urbanas euroasiáticas y egipcias es total, salvando el abismo cronológico que las separa
LA LUCHA:Numerosos vestigios arqueológicos muestran la práctica de esta actividad física en Mesoamérica. En ella se muestra el esfuerzo humano y muscular. Se celebraban luchas en honor del dios de la guerra: Huitzilopoztli.
La práctica de la lucha servía para adiestramiento de los guerreros. Una casta guerrera se ejercitaba para lograr una óptima preparación física. Se
 llevaban a cabo demostraciones públicas en forma de simulacros de batallas, en las que se ponían de manifiesto las habilidades y destrezas de los participantes. 
EL JUEGO DE PELOTAAdemás de las pirámides y los palacios, uno de los elementos arquitectónicos característicos de los centros urbanos de Mesoamérica es el espacio destinado al juego de pelota,que solían practicar los pueblos precolombinos de todas las regiones comprendidas entre las selvas de Petén y los altiplanos mexicanos. Su presencia queda ya atestiguada entre los olmecas, en La Venta, hacia el 1000 antes de nuestra era. Lugar de enfrentamiento entre dos equipos, el juego obedece a unas reglas muy complejas. Se practica con un gran «balón» de caucho relleno, que pesa entre uno y tres kilos. Consiste en lanzar la pelota con el torso y la cintura sin la ayuda de brazos y piernas.

El cuerpo de los jugadores está protegido por un cinturón —fuerte y ancho— hecho de tela, madera y relleno de algodón. La pelota tiene que alcanzar unos «blancos» representados por postes o argollas enclavadas en los muros laterales del recinto. El partido termina a veces con la ejecución del vencido, mediante un ritual ligado al calendario y a los ciclos astrales.
Desde el punto de vista arquitectónico, el campo para el juego de pelota se presenta como un espacio abierto, limitado lateralmente por dos terraplenes paralelos, más o menos inclinados, y por unos muros que rodean la zona de enfrentamiento. En los dos extremos, unos espacios más anchos destinados a los equipos conforman, junto con la parte central, una planta en forma de «H» aplastada.
El juego de pelota representa, dentro del urbanismo de las ciudades mayas, un elemento importante, que supera el aspecto meramente lúdico para adquirir un carácter religioso, inscribiéndose dentro del ritual de los sacrificios.
Las ciudades mayas de la época clásica se cuentan por decenas. Casi todas tienen pirámides, plataformas, palacios, juegos de pelota y estelas o altares, que constituyen el repertorio normal de los monumentos simbólico-religiosos de los centros mayas.
El juego de pelota más hermoso que jamás hayan edificado los precolombinos es seguramente el de la Chichén Itzá maya-tolteca.En Chichén Itzá se encuentra la cancha más grande de todo Mesoamérica. Se trata de un complejo de 160 m de largo y 75 m de ancho, que está orientado en dirección norte/sur. El terreno de juego propiamente dicho cubre 7.000 m2. Su planta tradicional en forma de «H» aplastada está bordeada por taludes y muros de 8 m de alto, cuya parte superior plana servía de tribuna destinada a los espectadores. En cada extremo, unas tribunas abovedadas posiblemente acogían a las «autoridades» político-religiosas de la ciudad. El área reservada a las competiciones del deporte sagrado de los precolombinos encuentra en Chichén Itzá su realización arquitectónica más notable. Entre los dos altos muros que bordean el terreno de juego, los equipos se enfrentaban bajo la mirada de un numeroso público.
REPRESENTACIONES EN LOS CÓDICES MESOAMERICANOS Los códices mesoamericanos son libros plegados: largas tiras de piel de animal o de papel obtenido de la corteza del higo silvestre que se doblaban en forma de acordeón.Después se cubrían por una capa de yeso blanco, para que el sacerdote escribano pudiese pintar el manuscrito, usando tanto pigmento mineral como orgánico.Fragmentos del códice mixteca, Códice NuttallEl objetivo de los códices mesoamericanos es retener el tiempo y plasmar la historia y la religión. Al parecer, las imágenes eran más importantes que las palabras, sobre todo con los Aztecas y otros pueblos del centro de México. Hay que recordar que las historias se transmiten por tradición oral. Estos libros se utilizaban como parte de ceremonias religiosas.Entre las imágenes más recurrentes se encuentran las del juego sagrado, el juego de pelota.

  
Fuentes:

No hay comentarios:

Publicar un comentario